Humor

Hace tiempo publique el post de «un rack en la cocina» donde se veia entre microondas y neveras un curioso armario que era en realidad un rack de servidores. Hoy os traigo una segunda parte de «un rack en la cocina«.

Una tranquila mañana, como cada día al llegar al trabajo, fui a la cocina a hacerme un café para entrar en calor y despertarme, al ver esta imagen, no pude evitar sacarle una foto. Que cada uno, fregona en mano, saque sus propias conclusiones.

Hace tiempo que llevo con ganas de publicarlo y siempre se me olvida. Hace algún tiempo, mi empresa mudó las oficinas de una plata a otra, haciendo la oficina desde 0. La verdad es que como persona curiosa de cuando en cuando me asomaba a ver como iban las obras, ya que era en el mismo edificio pero otra planta. Al ver que todo el cableado, paredes, mesas, sillas, todo menos los ordenadores era nuevo estábamos todos un tanto expectantes/ilusionados. Al mudarnos en pleno verano y aprovechando el buen tiempo, algunos compañeros nos íbamos a comer a una residencia de ancianos cercana, que nos permitía comer allí y disfrutar aunque sea por un breve espacio de tiempo de sus jardines y poder así relajarnos y desconectar un rato. Es por tanto que en todo el verano algunos compañeros entre los que me incluyo, no llegamos a ver la nueva cocina, denominada por algunos como «la cocina de gran hermano» por el estilo y diseño que tiene. Finalizando el verano, en una oleada de despidos, despidieron a un compañero de departamento y este, en su despedida, trajo algunos aperitivos y cervezas y fuimos todos a la cocina a pasar el rato. Estando allí, un compañero que como yo, aún no había comido nunca allí, fue a abrir lo que pensábamos era una nevera buscando unas cervezas fresquitas y la sorpresa al abrir la supuesta «nevera» fue mayúscula. No comento más, mejor ver las fotos.